Metrópoli: Coordinación maquiavélica
TRAMPANTOJOJorge Fernández Acosta
El tiempo pasa y no terminamos de entender los significados, ni la importancia del tema, relativos a la coordinación metropolitana. Para algunos, es una entelequia inextricable. Las autoridades, que parecen asustadas ante los compromisos que devienen innovadoras maneras de organizar la administración pública para darle sentido a las materias susceptibles de orden conjunto, se estremecen de pavor ante la posibilidad de transformarse y trastocar la lógica de sus limitadas visiones particulares. Les horroriza pensar en el cambio de paradigma que instaura un cuarto grado supramunicipal que los rebasa, pero no les niega el poder ni les refuta su soberanía territorial… todo es asunto de corresponsabilidades y correspondencias entre los actores que son agentes de cambio hacia la renovación de las estructuras políticas que ahora involucran la reivindicación de la ciudadanía.
En ese sentido, el entuerto no se ha resuelto y continúan algunas tácticas que parecen dilatorias a ultranza: Primero, el ejecutivo no asumía su parte y trató de evitar, a toda costa, la conformación de la junta de coordinación política… hoy, mediante la estratégica actuación del ahora Secretario de Gobierno, el asunto presenta avances –aún no significativos– a partir de la firma del convenio provisional que se signó en Casa Jalisco en enero pasado; Segundo y como precedente relevante, algunos cabildos no ratificaron aquel primer intento de acuerdo intermunicipal, signado en julio de 2011, que perseguía, entre otros puntos, la redacción del estatuto que daría sustento jurídico a la creación del Instituto Metropolitano de Planeación para el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) así como del Consejo Ciudadano que será pieza clave para la activación del novedoso paradigma de la participación ciudadana vinculante, es decir con voz, voto y veto; Tercero, el acuerdo de enero, ahora si firmado por los ocho presidentes municipales de la metrópoli y el gobernador –pero que sigue sin ser ratificado por los ayuntamientos y por tanto no tiene validez jurídica ni peso político– reconoció, de facto, la existencia del AMG y además instruyó la configuración de una comisión provisional que se encargaría de organizar y coordinar los trabajos en aras de conseguir el mentado estatuto orgánico y proponer las bases operativas de las entidades supradichas.
Esa comisión de expertos, integrada por ciudadanos de extraordinaria calidad profesional, técnica, ética y humana, no ha completado el proceso de su creación. No sabemos si haya sido así por omisiones involuntarias, por inhabilidad política o incapacidad administrativa o, lo que sería peor, por no tener elementos jurídicos que soporten los procedimientos de contratación previstos en la ley y la normatividad aplicables. Ahora más bien parece un intento fallido de coordinación maquiavélica.
Movilidad y sustentabilidad metropolitana
Roberto Arias de la Mora
- El día de ayer se llevó a cabo el foro legislativo, académico y ciudadano: “para el análisis del proyecto de iniciativa de reforma a la Ley de los Servicios de Vialidad, Tránsito y Transporte, convocado por la Comisión de Asuntos Metropolitanos de la LIX Legislatura del Estado de Jalisco.
A cualquier ciudadano medianamente informado que haya tenido oportunidad de escuchar lo que ahí se dijo, seguramente compartiría el sentido de urgencia que tiene el que cambiemos la manera en que nos movemos en esta ciudad si aspiramos a tener futuro como la metrópoli competitiva, sustentable y con calidad de vida que todos soñamos vivir. Y es que siguiendo la sugerente analogía de Jaime Lerner acerca de la manera en que un médico provoca una reacción curativa en su paciente, los ponentes Gerardo González Herrera y Pedro Jiménez González llamaron la atención sobre la urgencia de intervenir los enfermizos modos de movilidad urbana que han prevalecido hasta ahora en Guadalajara, si realmente aspiramos revitalizar la dinámica social y económica del conjunto metropolitano.
La sobresaturación de la oferta de transporte en el centro de la ciudad y la insuficiente cobertura en la periferia, el desperdicio que supone permitir la circulación de transporte convencional sobre la superficie, siguiendo la misma ruta del Tren Eléctrico, el abuso que hacemos del automóvil acentuado por esa subcultura muy tapatía de vincular al auto con el prestigio social, las condiciones de inseguridad prevalecientes en los paraderos y las dificultades para transbordar entre rutas que irremediablemente han elevado la siniestralidad de los usuarios del transporte público, son apenas algunos de los rasgos más sobresalientes del diagnóstico de una movilidad no sustentable que padece la metrópoli y que, pese a los signos de gravedad que muestra hoy en día, seguimos sin atender adecuadamente. Aquí radica la principal bondad de la iniciativa de reforma que fue consultada: alentar un adecuado tratamiento del transporte público bajo criterios de sustentabilidad, con rutas integradas o fusionadas, una mejor regulación pública sobre los servicios que se prestan, fórmulas tarifarias transparentes y esquemas para su modernización.
Ciertamente el que nuestros legisladores se hayan tomado la molestia de consultarnos es un paso que, por importante que sea, no deja de ser el primero. Aún está por verse qué tanto saben escuchar las voces de los especialistas y ciudadanos al momento de aprobar la iniciativa de reforma.
Más importante aún, está por verse si las autoridades muestran la misma altura de miras al momento de implementarlas, porque desafortunadamente la suerte que han corrido las más recientes reformas en materia de vialidad, tránsito y transporte, más bien nos hablan de negligencia y parcialidad tanto en los diagnósticos como en las soluciones, por no hablar de omisiones, abusos o excesos atribuibles a las autoridades formalmente competentes.
Académico de El Colegio de Jalisco
En concreto, sólo concreto
Lunes, 5 Marzo 2012 por Diego Petersen
Entre tejidos
Felipe Reyes
La gradual popularización de las redes sociales virtuales en el mundo y su relación con el nacimiento de movimientos espontáneos reales en años recientes tendrían que ser suficiente para darnos cuenta del potencial que tiene el encuentro entre similares para transitar hacia una democracia real.
Tan solo en el ámbito meramente recreativo, la interacción comunitaria, mejora instantáneamente la calidad de la experiencia urbana y reduce casi en automático los índices de violencia e inseguridad pública de nuestras calles. En ámbitos más sociales, la interacción comunitaria puede encauzar demandas sociales de una manera inteligente y lúdica, es el caso por ejemplo del proyecto redes: una intervención artística comunitaria que tomando como excusa algo tan simple como el tejido paciente de hilos de rafia va construyendo poco a poco la interacción social entre similares en torno a un tema tan delicado como la contaminación del Río Santiago. La red social que se forma, el ejercicio de concientización del problema y la difusión que logra, convierten el ejercicio en un modelo de empoderamiento de la gente que podría estar construyendo los cimientos de una democracia real.
Las elecciones no producen democracia. Ni aquí ni en China. El sistema electoral solo sirve para elegir a quien gobierna formalmente. Nuestro voto, incluido el nulo, solo sirve para determinar si los próximos gobiernos que elijamos serán encabezados por personas que permitan fluir el empoderamiento real de comunidades cuyos tejidos sociales vayan recuperando la autodeterminación e incrementando la participación y la confianza de la gente. O no.
@felipeno
Moody’s califica a la baja al SIAPA
Al Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) no le deja de llover y no precisamente agua, sino los problemas y a la lista se suma la baja en la calificación que le otorga laempresa Moody’s debido al deterioro de los indicadores financieros, así como las presiones que pudieran presentar el crédito por mil 382 millones de pesos que se tiene con el Banco Interacciones, señaló la calificadora en un comunicado.
De esta forma Moody’s de México bajó las calificaciones del emisor SIAPA a Baa1.mx de A2.mx, en la Escala Nacional de México y a Ba3 de Ba2, en la Escala Global, moneda local. Al mismo tiempo colocó las calificaciones en revisión para una posible baja adicional.
Los fundamentos que da la empresa para hacer esta modificación a la baja de las calificaciones son «el deterioro de los indicadores financieros y de deuda del SIAPA, un mayor riesgo de que el crédito por mil 382 millones de pesos con el Banco Interacciones se acelere y ejerza una severa prueba de estrés en la capacidad y voluntad de pago del organismo».
Explican que entre 2008 y 2010 el organismo tuvo déficit financiero equivalentes al menos 7.8% del total de los ingresos, «reflejando que los incrementos en las tarifas de agua no han sido suficientes para cubrir los gastos de infraestructura».
Es por eso que Moody’s espera que en el 2012 el SIAPA pueda continuar con el déficit financiero, dadas las continuas presiones de gasto operativo relacionadas a los costos de electricidad y sobre todo porque de nueva cuenta no se tiene un incremento en las tarifas para este año.
La empresa calificadora señaló que como resultado del déficit que presenta el organismo, los niveles de deuda del SIAPA se incrementaron de 71.3% del total de los ingresos en el 2007 a 103.5% para el 2010, «niveles muy altos en comparación con sus pares nacionales. Durante 2011, SIAPA no contrató nueva deuda; no obstante, estos niveles permanecieron elevados y esperamos que se mantengan elevados en 2012».
Recordaron que dentro de la cláusulas del contrato de la deuda por mil 380 millones de pesos se estableció que si el SIAPA incumplía con cualquiera de sus obligaciones, «se puede detonar la aceleración del crédito. En caso que el banco acelere el pago del crédito, el fideicomiso retendría cada mes el 100% de las participaciones afectadas por el Estado de Jalisco» es decir 3.9% que equivalen a 80 millones de pesos aproximadamente, para prepagar el monto insoluto del crédito.
Moody’s explica que a pesar de que las autoridades del SIAPA están en negociaciones con el banco, y señalaron que «el alto riesgo de aceleración podría colocar las finanzas de SIAPA bajo estrés, lo cual pondría a prueba la capacidad y voluntad de pago del organismo. Moody’s espera que la resolución más probable sea la renegociación del crédito con un mayor costo para el SIAPA, situación que por sí sola ejercería presión en las calificaciones».
Agregaron que esperan concluir la revisión de sus calificaciones dentro de los próximos tres meses, periodo en el cual van a monitorear de cerca la evolución de las negociaciones.
Finalmente, señalaron que si las negociaciones del SIAPA son favorables para ellos sin generar un incremento en la carga financiera, se podría mantener las actuales calificaciones, sin embargo, si las negociaciones concluyen con la aceleración del crédito actual, «las presiones fiscales resultantes podrían ocasionar una baja adicional de las calificaciones de emisor. Adicionalmente, un mayor deterioro de los indicadores financieros y/o de deuda también podría ejercer presión a la baja en las calificaciones».
Ciudad y religión
Jueves, 16 Febrero 2012 por Diego PetersenCiudad y religión Jueves, 16 Febrero 2012 por Diego Petersen Cuando nació esta ciudad, y durante sus primeros muchos años, las calles llevaban el nombre de los referentes urbanos. En algunos acaso eran nombres de los oficios que en ella se desarrollaban, así teníamos calle de los artesanos, calle de los orfebres, calle de los herreros. En otros casos el nombre se debía a una persona que habitaba en esa calle, como fue el caso de Don Juan Manuel Caballero, un personaje del que se decía que tenía la mejor finca de la ciudad en la esquina de Santa Mónica y la otrora calle Alameda, hoy Juan Manuel, o la calle Tolsa (que nada tiene que ver con Manuel Tolsá), hoy Díaz de León, o la calle Vidrio, cuyos nombres se deben a los personajes que ahí vivían. La tercera fuente de nombre de calles eran los monumentos, fundamentalmente las iglesias, como Santa Mónica, San Felipe, San Francisco (hoy 16 de Septiembre), La Merced (hoy Hidalgo) o alguna otra referencia urbana, como la calle del Puentecito (hoy Ghilardi), la calle Hospicio o Penitenciaría que llevaba a la hoy desaparecida penitenciaría de Escobedo. Con el tiempo, la ciudad se convirtió en parte de las batallas ideológicas y éstas se reflejaron en la nomenclatura. Los liberales ganaron la guerra y se adueñaron de los nombres de las calles y monumentos. La Revolución y el PRI hicieron de las suyas y nos quedamos con calles como Lázaro Cárdenas, Ávila Camacho, López Mateos o Fidel Velázquez. Llegando el PAN comenzaron también a marcar territorio cual perros en poste y bautizaron las calles con nombres como Gómez Morín, Clouthier o González Luna. Luego, en un arranque populista y “queda bien” a dos manos, el PRI en Zapopan y el PAN en Guadalajara, bautizaron una calle cada uno con el nombre de Juan Pablo II y metieron a la religión en la ciudad. El conflicto del cambio de sentido de la calle Esteban Alatorre, en las últimas 15 cuadras —rebautizada en su extremo oriente como Aarón Joaquín—, y de su par, Pablo Valdez, dejó de ser un tema de vialidad para convertirse en un problema religioso. El único argumento para cambiarle el sentido a la calle es que se pueda llegar al templo de manera directa desde el centro de la ciudad y que se pueda apreciar el majestuoso templo (bonito o feo, eso es cuestión de gustos) conforme se va acercando. Eso ahora es imposible porque el sentido de la calle le da la espalda al templo. La pregunta es muy sencilla: ¿tienen derecho los fieles de la Luz del Mundo a pedir que la ciudad haga adecuaciones en función de sus necesidades de culto? En principio, la respuesta sería no, pero lo cierto es que se han hecho adecuaciones en función de las necesidades de la Iglesia Católica, y el Santuario de los Mártires es el mejor ejemplo. El problema no es igualar los cartones entre una iglesia y otra, sino tener claro que la ciudad no puede estar sujeta al capricho de una o de otra iglesia. La culpa no la tiene el indio… dice el dicho. Tampoco la tienen las iglesias. El problema es haber roto la lógica del Estado laico, y ahí hay muchos culpables, y de todos los partidos. El problema es haber mezclado ciudad y religión. Cuando nació esta ciudad, y durante sus primeros muchos años, las calles llevaban el nombre de los referentes urbanos. En algunos acaso eran nombres de los oficios que en ella se desarrollaban, así teníamos calle de los artesanos, calle de los orfebres, calle de los herreros. En otros casos el nombre se debía a una persona que habitaba en esa calle, como fue el caso de Don Juan Manuel Caballero, un personaje del que se decía que tenía la mejor finca de la ciudad en la esquina de Santa Mónica y la otrora calle Alameda, hoy Juan Manuel, o la calle Tolsa (que nada tiene que ver con Manuel Tolsá), hoy Díaz de León, o la calle Vidrio, cuyos nombres se deben a los personajes que ahí vivían. La tercera fuente de nombre de calles eran los monumentos, fundamentalmente las iglesias, como Santa Mónica, San Felipe, San Francisco (hoy 16 de Septiembre), La Merced (hoy Hidalgo) o alguna otra referencia urbana, como la calle del Puentecito (hoy Ghilardi), la calle Hospicio o Penitenciaría que llevaba a la hoy desaparecida penitenciaría de Escobedo. Con el tiempo, la ciudad se convirtió en parte de las batallas ideológicas y éstas se reflejaron en la nomenclatura. Los liberales ganaron la guerra y se adueñaron de los nombres de las calles y monumentos. La Revolución y el PRI hicieron de las suyas y nos quedamos con calles como Lázaro Cárdenas, Ávila Camacho, López Mateos o Fidel Velázquez. Llegando el PAN comenzaron también a marcar territorio cual perros en poste y bautizaron las calles con nombres como Gómez Morín, Clouthier o González Luna. Luego, en un arranque populista y “queda bien” a dos manos, el PRI en Zapopan y el PAN en Guadalajara, bautizaron una calle cada uno con el nombre de Juan Pablo II y metieron a la religión en la ciudad. El conflicto del cambio de sentido de la calle Esteban Alatorre, en las últimas 15 cuadras —rebautizada en su extremo oriente como Aarón Joaquín—, y de su par, Pablo Valdez, dejó de ser un tema de vialidad para convertirse en un problema religioso. El único argumento para cambiarle el sentido a la calle es que se pueda llegar al templo de manera directa desde el centro de la ciudad y que se pueda apreciar el majestuoso templo (bonito o feo, eso es cuestión de gustos) conforme se va acercando. Eso ahora es imposible porque el sentido de la calle le da la espalda al templo. La pregunta es muy sencilla: ¿tienen derecho los fieles de la Luz del Mundo a pedir que la ciudad haga adecuaciones en función de sus necesidades de culto? En principio, la respuesta sería no, pero lo cierto es que se han hecho adecuaciones en función de las necesidades de la Iglesia Católica, y el Santuario de los Mártires es el mejor ejemplo. El problema no es igualar los cartones entre una iglesia y otra, sino tener claro que la ciudad no puede estar sujeta al capricho de una o de otra iglesia. La culpa no la tiene el indio… dice el dicho. Tampoco la tienen las iglesias. El problema es haber roto la lógica del Estado laico, y ahí hay muchos culpables, y de todos los partidos. El problema es haber mezclado ciudad y religión.
Hacia una metrópoli coordinada y creativa
Por Alfredo Hidalgo Rasmussen alfredo@infolectura.org
A juzgar por las recientes noticias, nuestra ciudad está dando pasos importantes hacia lo que podría ser la ciudad que queremos y que necesitamos. Un poco de esperanza no le va mal a nadie, por lo que los anuncios de la Ciudad Digital y el convenio de coordinación metropolitana fortalecen este optimismo.
El 30 de enero se dio el anuncio oficial de que Guadalajara fue designada para establecer una “ciudad creativa digital”, reconocimiento que según se difunde, tienen que ver con posibilidades de inversión y empleo que no vendrían nada mal a Guadalajara, pero sobre todo, la propuesta vuelve a poner al centro de la ciudad como un sitio estratégico para atender y fortalecer. Este anuncio podría ser como otros que en el pasado reciente nos han elevado el ánimo y finalmente desilusionado, sin embargo, el avance en la coordinación metropolitana puede ser el vehículo que los grandes proyectos requieren. Este viernes 3 de febrero quedó finalmente instalada la Comisión por la Coordinación Metropolitana, una estructura transitoria que armará el andamiaje para que de acuerdo a la Ley de Coordinación Metropolitana, podamos tener las instancias que prevé la ley, lo cual permitirá que en un futuro cercano, se pueda consensuar un proyecto de ciudad. Lo relevante es que al margen de tratarse de una etapa del proceso que comenzó hace muchos años y que le quedan otros para consolidarse, es ahora cuando se formalizan acuerdos de esta incipiente coordinación.
El 26 de enero en Casa Jalisco, con la presencia del gobernador, los ocho alcaldes del área metropolitana, autoridades de distintos órdenes de gobierno y representantes de la ciudadanía organizada, se firmó el convenio que marca este hecho histórico. En plena época preelectoral, gobiernos de distintos partidos coincidieron en que la metrópoli demanda acuerdos, colaboración y que ha llegado el momento de mirar a largo plazo. La activa participación de distintos grupos organizados empresariales, sociales y académicos han sido fundamentales en este proceso, como también lo ha sido la convicción y liderazgo de los alcaldes promotores y áreas responsables del Gobierno del Estado. Entre las metas compartidas por todos, es lograr instituciones blindadas frente a los intereses partidistas o de grupos de poder, que las puedan poner en riesgo. La meta si bien no es fácil, parece alcanzable cuando se revisa el proceso que ha permitido llegar a este punto, donde el resultado es producto de un importante diálogo entre ciudadanía y gobierno en lo que puede calificarse como los principios de la gobernanza.
Quiero terminar con las sabias palabras que Eduardo López Moreno, director de Urbanismo de ONUHabitat a propósito de la firma del convenio de coordinación metropolitana, dedicó a la Asamblea por la Gobernanza Metropolitana: “Mis sinceras felicitaciones por abrir por fuera esta puerta que estuvo cerrada tanto tiempo por dentro. No se abrirá en balde y sin duda contribuirá a abrir otras. Abrirá también ventanas y claraboyas. Muchos ojos mirarán a través de ella y verán que es así que se anuncia el cambio”.
El Parque Morelos y la Ciudad Creativa
http://opinion.informador.com.mx/Columnas/2012/02/03/el-parque-morelos-y-la-ciudad-creativa/
Ciudades en guerra…económica
Olfato ciudadano
Olfato ciudadanoViernes, 3 Febrero 2012 por Guadalupe Morfín
http://opinion.informador.com.mx/Rotonda/2012/02/03/olfato-ciudadano/